Una obra historiográfica sobre el movimiento evangélico en España, que no sólo ha de despertar el lógico interés del pueblo protestante por conocer sus raíces, sino que también constituye un manantial de información para cuantos desean conocer más acerca de una de las confesiones cristianas más significativas. Lo apasionante de sus páginas, lo substancioso de sus reflexiones y la pulcritud de su estilo harán de su lectura un auténtico deleite.

El protestantismo español, durante siglos, ha sido «el gran desconocido», unas veces, perseguido o vilipendiado; otras, simplemente ignorado. Como consecuencia, España se ha visto privada de una de las fuerzas espirituales, sociales y culturales más sobresalientes en la historia de Europa.
El libro contiene amplia información sobre el movimiento reformista en España en el siglo XVI, asi como abundantes datos documentados relativos a la reintroducción del testimonio evangélico en los turbulentos años del siglo XIX y a las décadas, igualmente opresivas, posteriores a la Guerra Civil.
La parte narrativa se cierra con la promulgación de la Ley de Libertad Religiosa de 1980 y la firma del Acuerdo de cooperación entre el Estado y la confesión evangélica. Concluye la obra con una serie de reflexiones sobre «Los Evangélicos en la España actual».

• Prólogo

PRIMERA PARTE - Bosquejo Histórico

• Preámbulo

• I - El cristianismo en España desde sus inicios hasta el siglo XV
• II - Albores de la Edad Moderna
• III - La Reforma del siglo XVI en España
• IV - Contexto político-religioso de la «Segunda Reforma»
• V - La «Segunda Reforma»
• VI - De la libertad religiosa a la simple tolerancia
• VII - Primera décadas del siglo XX
• VIII - Segunda República y Guerra Civil
• IX - Los duros años del franquismo
• X - Transición y Democracia
• XI - Los Evangélicos en la España actual

SEGUNDA PARTE - Reflexión

• XII - Perspectiva teológica
• XIII - Perspectiva eclesiológica
• XIV - Perspectiva misiológica
• XV - Perspectiva sociocultural

• Conclusión
• Apéndices
• Bibliografía básica
• Índice onomástico

Nuestra ojeada al pasado y nuestra contemplación del presente nos mueven a asomarnos al futuro. ¿Qué experiencias deparará el siglo XXI al protestantismo español? ¿Será portador de un gran avivamiento espiritual y de una expansión hasta ahora desconocida del Evangelio? El pueblo evangélico ¿vivirá días de auténtica comunión cristiana y de unidad? ¿Sabrá actualizar el mensaje del Evangelio sin adulterar su esencia? ¿Saldrá definitivamente del gueto para ejercer una influencia apreciable en la sociedad?... ¿O, por el contrario, quedará la obra evangélica estancada y debilitada por la influencia del secularismo, el materialismo, la indiferencia religiosa imperantes y de los errores y pecados de los propios creyentes? ¿Seguirá prevaleciendo el individualismo y la falta de cohesión, con el consiguiente debilitamiento del testimonio cristiano? ¿Proseguirán la defensa a ultranza de los linderos y la guerra de guerrillas?...
Nadie puede tener respuestas seguras para tales interrogantes, pero mucho depende, desde el punto de vista humano, de la actitud que adopten las iglesias evangélicas. Los individuos y los entes colectivos no necesariamente han de ser siempre objetos pasivos de la historia. Hay dos actitudes posibles frente al devenir histórico: la de acomodarse al curso de los hechos y la de influir en ellos de modo determinante. Los protestantes, por circunstancias bien conocidas, hemos tenido que asumir en el pasado la primera de esas actitudes. Hemos sido víctimas de la historia. Pero ya es hora de que empecemos a pensar en la posibilidad de ser, a mayor o menor escala, forjadores de la historia. Asumida esta segunda actitud, los resultados dependerán de nuestra visión espiritual y del nivel de nuestro compromiso. (pág. 499 s)